lunes, 1 de agosto de 2011

1. El Impar

Ser impar no es algo demasiado extraordinario; la mitad de los infinitos números enteros -sean estos naturales o no- lo son. Además para cualquier otro número que no lo sea basta con sumar o restarle una unidad para convertirlo en impar. Incluso todo número k puede convertirse en impar mediante la simple transformación 2k+1.
Ser impar no tiene mérito. Y aun así, la sensación de la imparidad termina por hacerte sentir raro.

Ser uno tiene sus ventajas, no se discute con nadie, todo el helado es para ti, puedes dedicarte a la procrastinación con alevosia y Onan te saludará. Mejor solo que mal acompañado. Ahora bien, dicha afirmación de sabiduria popular lleva aparejada la recíproca; "quien dice que mejor solo que mal acompañado es porque nunca estuvo solo". El Lobo Estepario -nacido para ser salvaje-, la oveja negra, el patito feo.

Ser dos no cuenta, es la paridad, el opuesto del impar.

Tres es donde la cosa empieza a tomar todo su cariz. No hay dos sin tres -donde comen *o caben si hacemos caso a una conocida cadena sueca de hacer puzzles* dos comen tres. Pero la mayor parte de las veces donde hay tres es que sobra uno -abstenerse amigos de trios, menage a trois y swingers que resuelven el problema en el mercado de la carne- es una sensación incómoda que caprichosamente se parece al titulo de cierto grupo facebookero de los que se ponen de moda efímera, "Parejas felices que apadrinan a amigos solteros como obra social".

Normalmente dichas parejas felices intentan que el amigo soltero -nótese que el plural pudiera llevar a equivoco y convertirse en pares- deje de estarlo; motivo por el cual toda una sucesión de apaños varios, empezando por personas del sexo contrario, pasando por del mismo sexo for if the flies e incluso terminando con animalitos varios desfila por las reuniones. Y cuando dicho intento de apaño toma descanso empieza la fase de ataque dialéctico vinculada con la imparidad y el "cuando dejaras de serlo". Hay una fase adicional, una tercera e impar fase, en la que se abandona toda esperanza y que el impar se apañe para sorpresa del personal.

Esta situación del 2+1 se repite si son 4+1, 6+1 o cualquier otro número para más uno. Misterios de las matemáticas

No hay comentarios:

Publicar un comentario